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LED

 

Un diodo emisor de luz es un dispositivo electrónico semiconductor que puede emitir luz cuando se aplica una tensión de corriente. La longitud de onda de la luz viene determinada por el material semiconductor utilizado.

Los LED son pequeños, eficientes y duraderos.
Con la huella más pequeña, no emiten luz ultravioleta ni infrarroja. Esto las convierte en fuentes de luz ideales incluso para objetos tan sensibles a la luz como las telas o los cuadros. Sobre todo porque el diodo emisor de luz tiene una reproducción cromática especialmente buena. Su consumo de energía es mucho menor que el de las lámparas incandescentes o incluso las halógenas. Son robustas y duran unas 50.000 horas antes de que su luminosidad disminuya notablemente. Esto reduce al mínimo el mantenimiento necesario de las luces.

Los LED de alta calidad, como los utilizados exclusivamente por prebit, tienen un amplio espectro de luz: desde la luz diurna de color neutro hasta la luz decorativa de colores, desde la luz de trabajo agradable para los ojos hasta la luz cálida para sentirse bien. Además, los LED pueden atenuarse sin cambiar su color de luz.

 

Los LED de colores son especialmente fáciles de producir. Para producir luz blanca, se necesitan unos conocimientos técnicos algo mayores. Cualquiera de ellos utiliza diodos RGB, es decir, rojo, verde y azul, para mezclar una luz blanca a partir de estos colores básicos, tal y como hace cualquier televisión en color de tubo. El resultado es convincente, aunque no perfecto. La ventaja de una luz RGB es que con el control adecuado -como el del televisor- puede reproducir cualquier color.

Una luz más blanca es la que producen los LEDs equipados con un colorante luminiscente o fluorescente. Esta capa luminiscente convierte la luz monocromática en luz de longitud de onda larga, como un tubo fluorescente. Estos diodos pueden reproducir los colores de forma natural (índice de reproducción cromática).

Sin embargo, incluso los mejores LED tienen una desventaja: durante su producción se producen inevitablemente ligeras diferencias de color, que sólo se hacen visibles en la comparación directa. Por ello, los fabricantes deben especificar las gamas en las que se difunde el color de la luz de sus productos. Esta división en clases finamente graduadas se denomina "binning". Los diodos emisores de luz cuidadosamente producidos y seleccionados ya no permiten que el ojo humano detecte ninguna diferencia de color.